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Alojamiento frente a los Dedos de Mono con preciosas vistas hacia estos y el oasis de montaña de Tamellat. Algo complicado para acceder con vehículo grande pero no es un problema mayor. Personal encantador y entrañable, sentirás el trato acogedor de una auténtica familia bereber compartiendo su casa. Housein y su hija Khadiya entregados para hacer inolvidable nuestra estancia, no os olvidaremos nunca. Desayuno y cena exquisitos y abundantes con la autenticidad de una elaboración casera.

Un alojamiento con mucho encanto gestionado por Fátima, la cual se preocupa de darle toda la personalidad que se merece la casa. La hospitalidad de Fátima es total, tiene mucho encanto el alojamiento.

El alojamiento ideal, la familia te hace sentir como en casa. Trato excepcional y comida buenísima, tanto la cena como el desayuno. Alojamiento con encanto y auténtico!

La familia que lo regenta son súper amables y atentos. La cena que nos prepararon y el desayuno espectaculares. Y el jardín/huerto de la casa es como un remanso de paz. Las habitaciones muy bien decoradas. En relación calidad/precio el mejor alojamiento en el que nos quedamos en Marruecos.

Alojamiento con mucho encanto y muy buen gusto. Especial atención al personal que lleva el hostal, son una pasada! Por la tarde, Abdel nos acompañó en el coche a disfrutar la experiencia de un Hammam convencional… toda una experiencia. Después de la cena, que por cierto estaba exquisita, nos brindaron un concierto de música beréber, haciéndonos partícipes en todo momento. Tras el concierto estuvimos hablando y jugando a las cartas como si estuviéramos en casa. Muchas gracias a Abdel por tu trato, nunca lo olvidaremos.

El alojamiento está en una zona muy apartada del centro pero de fácil acceso con el coche. Al llegar es un oasis de paz. Gracias a Omar y a todos los trabajadores que te hacen sentir como en casa. Siempre dispuestos a ayudar. Las habitaciones son amplias y las camas muy comodas. El desayuno super abundante y muy rico.

Alojamiento muy auténtico en una kasba rodeada de naturaleza. Habitación grande y muy limpia. Piscina genial. Cena y desayuno muy bueno. El señor de la casa y personal muy agradable.

La casa cuenta con habitaciones amplias y todo está decorado con mucho gusto. Nos prepararon una cena y un desayuno muy ricos y completos. Recomiendo 100% este alojamiento. Además en poco minutos con el coche llegas a Ait Ben Haddou.

La sensación de estar en una casa típica de la zona. Por fuera parecía en ruinas pero por dentro resultó ser un alojamiento cómodo y toda una experiencia.

El alojamiento es grande. Las habitaciones también y esta todo muy limpio. La dueña muy atenta y la comunicación muy buena. Hemos estado como en casa