Chalets de montaña en Podgorica

Nosotros somos españoles y nuestro inglés no es el mejor sin embargo el dueño fue muy amable y se hizo entender en todo momento incluso recomendándonos el camino hacia un lago cercano y el pico de una montaña para ver las vistas. El lugar es lo que es, un valle entre montañas con una familia granjera. Estuvimos entre Vacas, unas 25 aproximadamente y gatos y caballos. Es lo que imaginas cuando piensas en naturaleza o granja. Cogimos el alojamiento más barato, tenía enchufe, un pequeño calefactor y 3 camas, luego tenía un baño y cocina comunitaria pero como estábamos solos era prácticamente nuestro. Volveremos sin duda

La amabilidad de los dueños, nada más llegar nos invitaron a unos deliciosos creps

La hospitalidad y amabilidad de Dukso e Ivana superaron todas nuestras expectativas; se nota que ponen el corazón en cada detalle. La casita es un pequeño paraíso, cuidada con muchísimo gusto, acogedora y llena de encanto. El desayuno es un verdadero deleite: productos caseros elaborados con cariño, incluyendo su mermelada casera que es simplemente deliciosa. Además, su pequeño mercado permite llevarse un pedacito de su dedicación a casa. El entorno es impresionante, perfecto para desconectar y disfrutar de la naturaleza. Nos hemos sentido como en familia y sin duda ¡volveremos! Gracias por todo, Dukso e Ivana.