Hoteles en Perú

Estuvo todo perfecto, nos atendió Carlos nos recibió sin problemas a las 2 am. Súper atento, queda a 20 min aprox de Huaraz. Sin bullas, se descansa súper bien. Buen desayuno.

Espectacular en todos los sentidos, una maravilla

La experiencia es distinta a lo que se está acostumbrado. El servicio de sus dueños es excelente. Súper atentos y serviciales. Por allí está Samuel que le saca una sonrisa a todos y con disposición de enseñar su lengua aymara. Una experiencia única.

Hotel familiar, Eliana y su marido están atentos en todo momento para todo lo necesario en tu estancia, nos dejaron utilizar la habitación para arreglarnos y descansar después de la caminata a gocta y nos consiguió movilidad para nuestro regreso a chachapoyas. Vistas excepcionales y tranquilidad del entorno

El lugar dentro de la naturaleza Comodidad, limpieza y buen trato la comida muy buena

Una joya escondida en el Valle Sagrado. El hotel Miski Samay es un lugar increíble, rodeado de montañas, naturaleza y una tranquilidad absoluta. Las habitaciones son limpias, cómodas y muy bonitas, algunas con jacuzzi privado. El entorno es mágico: se pueden ver y alimentar alpacas, disfrutar de una fogata al anochecer, o simplemente admirar la belleza del paisaje. Eso sí, hay que saber que el hotel está a aproximadamente una hora y media de Cusco, por lo que se necesita organizar transporte. En nuestro caso, todo fue fácil porque Robert, la persona que nos atendió durante toda nuestra estancia, ya lo había anticipado y nos propuso un conductor confiable desde el primer momento. El restaurante del hotel es excelente, con platos típicos peruanos y también opciones variadas, todo de gran calidad. Es un poco más caro que otros sitios, pero vale cada sol por la calidad. El desayuno también fue delicioso, nada que reprochar. Pero lo que realmente hizo que esta experiencia fuera inolvidable fue Robert. No tenemos palabras para describir lo que significó para nosotros. Es una persona excepcional, atenta, amable, organizada, y que claramente ama lo que hace. Anticipaba nuestras necesidades incluso antes de que las expresáramos. Trabajaba hasta tarde y se levantaba muy temprano solo para facilitarnos el viaje. Cuando teníamos que salir a las 3 de la mañana para la Montaña de 7 Colores, él mismo preparó nuestros desayunos para llevar. Cuando necesitábamos lavar mucha ropa, aunque el hotel no tiene lavandería, él buscó y encontró una solución sin dudarlo. Robert ha marcado nuestro viaje profundamente. Es un anfitrión como pocos. Si el mundo del turismo tuviera más personas como él, viajar sería siempre así de hermoso. Miski Samay es un lugar mágico, pero Robert es su alma. ¡Gracias por todo!

Maravilloso hotel, los dueños son encantadores y muy atentos, las habitaciones comodísimas, el restaurante delicioso, los alrededores preciosos. Fue una estancia perfecta, pocas veces sucede que todo está tan cuidado y tan a gusto y les agradecemos muchísimo por su amabilidad y por los servicios impecables del lugar. Volvería sin dudarlo.

La verdad todo estaba muy bien.

La atencion. Los anfitriones. El pueblo y la ubicacion del hotel. La habitacion. Su decorado, la atencion de recibirnos con agua y chocolate. La amabilidad. Todo

El hotel es hermoso, acceso directo a la playa, buena carta y rica comida. Sus instalaciones son prolijas, cuenta con todo lo necesario para el descanso. El personal excelente, gran equipo de trabajo, muy atentos. Es recomendable para quienes buscan privacidad y tranquilidad, en un lugar cómodo.

La amabilidad de la atención. Nos dieron café cuando lo pedimos 🥳

La atención de la familia. Muy amables.