Hoteles en Perú

Estuvo todo perfecto, nos atendió Carlos nos recibió sin problemas a las 2 am. Súper atento, queda a 20 min aprox de Huaraz. Sin bullas, se descansa súper bien. Buen desayuno.

La vista al lago y los paisajes que lo rodean son simplemente espectaculares, perfectos para relajarse y disfrutar de la naturaleza. La comida fue excelente, con sabores que realmente sorprendieron. Nuestros anfitriones fueron muy amables y atentos, siempre dispuestos a responder nuestras preguntas y facilitar todo lo necesario, incluyendo un check-out flexible. 100% recomendado, sin duda volveríamos.

Espectacular en todos los sentidos, una maravilla

El lugar es increíble, algo totalmente distinto a todo lo conocido. La habitación digna de un hotel 5 estrellas. La comida excelente, y Joel totalmente predispuesto a resolver todas nuestras necesidades. Si bien hace mucho frío en las islas, no tuvimos nada de frío en la habitación. Joel nos llevó botellas de agua caliente además teníamos un calentador a gas. Es muy recomendable el lugar y vivir la experiencia de dormir en la isla

Es una casa finca en el Valle Sagrado impecablemente construida y decorada, con una atención excepcional. Sus dueños son queridísimos, y nos sentimos muy bien acogidos y atendidos. Una grata sorpresa fue encontrar alpacas rescatadas viviendo sueltas en los jardines que pudimos disfrutar ver y alimentar. La vista al despertar es simplemente increíble. Fuimos recibidos con una fogata en el jardín y tienen una selección de vinos muy rica. De noche un chef nos deleitó con platos deliciosos. Además me gustó mucho conocer como a través de paneles solares, biodigestor y tratamiento de ósmosis inversa, hacen de su hotel un lugar autosostenible. Definitivamente recomendado, volvería sin pensarlo.

La atención de la sra de la casa muy atenta hacia mi persona amable 😊

El lugar dentro de la naturaleza Comodidad, limpieza y buen trato la comida muy buena

Una joya escondida en el Valle Sagrado. El hotel Miski Samay es un lugar increíble, rodeado de montañas, naturaleza y una tranquilidad absoluta. Las habitaciones son limpias, cómodas y muy bonitas, algunas con jacuzzi privado. El entorno es mágico: se pueden ver y alimentar alpacas, disfrutar de una fogata al anochecer, o simplemente admirar la belleza del paisaje. Eso sí, hay que saber que el hotel está a aproximadamente una hora y media de Cusco, por lo que se necesita organizar transporte. En nuestro caso, todo fue fácil porque Robert, la persona que nos atendió durante toda nuestra estancia, ya lo había anticipado y nos propuso un conductor confiable desde el primer momento. El restaurante del hotel es excelente, con platos típicos peruanos y también opciones variadas, todo de gran calidad. Es un poco más caro que otros sitios, pero vale cada sol por la calidad. El desayuno también fue delicioso, nada que reprochar. Pero lo que realmente hizo que esta experiencia fuera inolvidable fue Robert. No tenemos palabras para describir lo que significó para nosotros. Es una persona excepcional, atenta, amable, organizada, y que claramente ama lo que hace. Anticipaba nuestras necesidades incluso antes de que las expresáramos. Trabajaba hasta tarde y se levantaba muy temprano solo para facilitarnos el viaje. Cuando teníamos que salir a las 3 de la mañana para la Montaña de 7 Colores, él mismo preparó nuestros desayunos para llevar. Cuando necesitábamos lavar mucha ropa, aunque el hotel no tiene lavandería, él buscó y encontró una solución sin dudarlo. Robert ha marcado nuestro viaje profundamente. Es un anfitrión como pocos. Si el mundo del turismo tuviera más personas como él, viajar sería siempre así de hermoso. Miski Samay es un lugar mágico, pero Robert es su alma. ¡Gracias por todo!

La verdad todo estaba muy bien.

Muy limpio, el personal muy amable y sonriente. Muy cuidadosos en los detalles y en los requerimientos que pudimos tener mi esposa y yo. Muy recomendado.

La amabilidad de la atención. Nos dieron café cuando lo pedimos 🥳

La ubicación, las habitaciones, la piscina, la limpieza Me encantó. Los gatos son tambien una atracción. Amé a Samay