
De
EspañaSimplemente, ¡increíble! La ubicación es perfecta, en el centro. Limpieza extraordinaria y habitación muy grande con cama tamaño 'king size'. La estufa eléctrica, que simula el fuego de una chimenea, le da un toque cálido y especial. Es un hotel diferente, en una antigua casa otomana con decoración del mismo estilo. Para nuestro gusto, preciosa. Tiene un patio interior muy bonito y acogedor. El desayuno es increíble, variado y muy abundante. Muy buena atención personal. El restaurante, con música en directo en algunas ocasiones, tiene chimenea para asar en la que puedes ver cómo hacen la carne. Comida de excelente calidad y vinos de la región listos para degustar. Sin duda, ¡repetiríamos!